lunes, 2 de febrero de 2015

Como les comentamos, el Parque Canaima, dentro de la Gran Sabana, es conocido porque tiene una cadena de tepuyes a la vista y con relativamente fácil acceso. Dentro de esta cadena, se encuentra el místico monte Roraima, conocido como madre de las aguas, el más alto y famoso de estos cerros, básicamente porque es de los más accesibles dentro de su complejidad.

Para subir al monte, hay que hacer una excursión que consta de una caminata de 3 días para subir, acampando (en carpa) por las noches en campamentos preparados para esto en el camino y 2 días para descender, descansando en los mismos lugares y normalmente se pasan 1, 2 o 3 días en la cima para conocer sus rincones donde se acampa en cuevas naturales. Los guías deben estar acreditados y son en su mayoría indígenas de las comunidades vecinas.

Nuestra crónica

Contratamos el tour directamente con una guía de la comunidad de San Francisco, con Merú (ver datos al final) quien nos organizó el viaje y nos sumó a los cuatro (Caro y Gonza de Zarpeando Latinoamérica y nosotros dos de Odisea 2014) a una pareja de franceses/escoseses (Pierine y Duncan). Junto a nosotros fue una tripulación de un porteador (persona que lleva la comida y carpas para todos), un guía (Josué), un ayudante de guía (Johnattan) y una cocinera (Trini).

Salimos de Santa Elena de Uairén, donde nos buscó una camioneta 4x4 y nos llevó hasta Paraitepuy, el pueblo desde donde uno se registra y comienza con la caminata. De ahí cada uno cargó su mochila con sus efectos personales, los porteadores cargaron lo suyo y comenzamos la caminata.

El primer día caminamos unas 4 horas hasta el primer campamento, la caminata es subir y bajar unas lomas, cruzar unos puentes, almorzamos a la vera del río y no mucho más, pero el paisaje de esa sábana extendida a nuestras espaldas y el Roraima y el Kukenán (otro tepuy) de frente ya empezaban a presentarse imponentes. El guía se nos adelantó para conseguir un buen lugar donde acampar y reservar un lugar en la cocina. Al llegar armamos nuestra carpa, nos fuimos a tomar un baño de agua fría al río y regresamos para esperar el atardecer, la posterior noche y la cena.

Al otro día nos levantamos temprano, comimos un desayuno bien potente y salimos al segundo día de caminata. Seguimos con el Roraima y el Kukenán como horizonte, cruzamos un par de ríos por las rocas mojándonos los pies, para lo cual es mejor hacerlo con medias para no resbalar. Después de unas 4 o 5 horas de caminata llegamos al segundo campamento donde se repitió lo del día anterior.

El último día fue el más difícil en cuanto a caminata ya que había que subir la pared del monte, con caminos muy empinados y pasar detrás de la cascada de las lágrimas, donde no hay forma de no empaparse y encima ese día comenzaron las lluvias. Finalmente llegamos a la cima del monte y el paisaje lunar que lo describe pagó cualquier esfuerzo que hayamos hecho, sus manantiales, sus piedras erosionadas, su contextura completamente de rocas y poca vegetación de orquídeas y plantas extrañas nos dieron la bienvenida. El guía se había adelantado y cundió un poco el pánico cuando no sabíamos por donde ir y la lluvia entorpecía toda empresa, pero finalmente encontramos a Josué y nos llevó hasta la cueva que había reservado para nosotros, un lugar muy chico pero donde cabían todas las carpas y no mucho más.

Ese día simplemente nos quedamos mirando el paisaje ya que la lluvia no cesó, teníamos frío y preferimos descansar.

Al cuarto día, la lluvia continuó pero hicimos el recorrido clásico, vimos cascadas y paisajes muy interesantes, muchas piedras de cuarzo en el piso, ahí nomás, a la mano, y con formas geométricas perfectas (pero que uno no se los puede llevar por ser un lugar sagrado), lo feo es que al llegar a la ventana y al abismo, dos miradores, las nubes no nos dejaron ver lo que había más allá, pero el recorrido fue muy lindo de todas formas, aunque nos quedó ese sinsabor.

Al llegar al campamento, le insistimos y le insistimos al guía (Carlita al frente) que si amanecía despejado nos lleve hasta el abismo, y entre tanto insistir, el ayudante aceptó.

Al amanecer del quinto día, nos despertó el grito de Carla diciendo que se veían estrellas, que estaba despejado, y no sin poco esfuerzo, nos levantamos, nos pusimos la ropa mojada y salimos con entusiasmo a ver uno de los paisajes más impactantes que nos tocó ver, el abismo nos presentaba más que nunca ese manto ondulado que forma la Gran Sabana (de ahí debe venir su nombre: una gran sábana), la pared del monte cayendo cientos de metros sin ningún reparo, los ríos que parecían minúsculos desde esta distancia, etc… no bastarán las palabras para describir lo que vimos, para lo que pueden ayudar un poco las fotos, pero que tampoco son lo suficiente para explicar lo que se siente ahí arriba, hay que vivirlo.

Llegamos y teníamos que desarmar todo para volver. Mientras desarmamos el campamento desayunamos y emprendimos el retorno. Caminamos hasta el que fue el primer campamento de la ida, al menos sin lluvia, pero que se hizo bastante duro por ser en bajada y más larga la caminata, pero con el paisaje ahora de frente y los tepuyes de fondo.

Ya en el campamento montamos la carpa y cenamos.

Temprano al día siguiente repetimos la rutina y llegamos después de unas 5 horas a Paraitepuy para regresar a Santa Elena.

Algunos tips y sugerencias para los viajeros:
-          Es mucho más barato, como la mitad, contactar directamente con un guía local en San Francisco que en las agencias. Nosotros lo hicimos con Merú, este es su contacto: +584141851197.
-          Pueden hablar con Merú para acampar una noche en San Francisco, en su casa, antes o después de la excursión, no tiene problemas y les puede solucionar un problema.
-          Ir a Paraitepuy: no recomendamos hacerlo en auto propio, a menos que tengas uno muy alto y/o 4x4, ya que es de tierra y con zanjas muy grandes.
-          Recomendamos contratar al menos un porteador, ya que con la comida, la carpa y los efectos personales se puede hacer muy pesado, aunque no imposible.
-          Lleven muchas medias! Y guarden unas a mano para cruzar los ríos, es mucho más fácil que hacerlo a pie.
-          Lleven ojotas! Mauro no las llevó y se arrepintió… arriba son fundamental para moverse de un lado a otro sin embarrarse y descansar los pieses.
-          Mantener una muda completa siempre seca dentro de una bolsa bien aislada, les va a servir para llegar debajo de la cueva y resguardarse del frío si les tocó lluvia ya que la ropa no se seca con facilidad. Si salen a recorrer con lluvia, les recomendamos ponerse la ropa mojada y conservar la seca, es fundamental para combatir el frío de la quietud y de la noche.
-          Insístanle a los guías que les cuenten de las historias y los lugares del Roraima y sobre todo que los lleven a ver las cosas que quieren ver, por lo general les es más fácil decir que no y listo.
-          La función más importante del guía es que se adelante y consiga buenos lugares donde acampar, principalmente en la cima, donde los “hoteles” tienen una cantidad limitada de cuevas y si llegás tarde te toca acampar al descampado y con lluvia y viento se puede tornar en una situación molesta y hasta desagradable, vimos grupos volverse por no haber soportado la primer noche en la cima.
-          El monte Roraima es un lugar sagrado, en su cima no se puede dejar ninguna basura, siquiera las heces de cada uno, con lo cual todo hay que ponerlo en algún recipiente y llevárselo de vuelta. La caca se coloca en bolsas, se tapa con arena, y se colocan todas en un tubo de PVC que debe llevarse lleno de vuelta. Puede ser molesto, pero está bueno respetar las tradiciones y creencias, es su lugar, uno está solo un tiempito, ellos están siempre.
-          El recorrido son 30 kms de ida y 30 kms de vuelta. La vuelta es más exigente por ser en bajada y por ser más largo los trechos, pero no es de una exigencia tan grande, es solo paciencia y disfrutar del camino en lugar de pensar en el cansancio.

Hay equipo! En Parateipuy, listos para salir

Es importante elongar

El porteador estudiando la ruta

Campamento del segundo día

Acampados en la cima del Roraima

El abismo con Caro y Gonza!!

El abismo con Caro, Gonza, Pierine, Duncan y Johnattan


Tomando energía a la vuelta del Roraima, ahí se puede apreciar su pared

El Roraima y su primo el Kukenán

La vuelta de los porteadores

El primer campamento a la vuelta, con tepuy de fondo

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