lunes, 10 de noviembre de 2014

Brasil cambia mucho de norte a sur y suponemos que también de este a oeste, pero todas comen arroz con feijón, tienen algún lugar para bailar samba o forró, toman cachaca y les encanta asistir a la puesta del sol, tal es así que hay un ranking hecho al respecto que habría que indagar.


En Salvador el lugar elegido era el Farol da Barra, de ahí un efecto óptico hacía parecer que el sol caía en el mar, algo raro en el Océano Atlántico, pero como el farol estaba ubicado en la punta de la península parecía que caía en el mar cuando en realidad caída detrás de la Bahía de todos los Santos.

Joao Pessoa es famosa por su puesta del sol en la Praia do Jacaré, donde todos los días un señor sale tocando el bolero de Ravel con su saxo mientras se pasea por el río en una canoa de bar en bar hasta que el sol desaparezca del otro lado de la costa y se diluyan los rayos en el agua.
En Maracaípe, Ana y Carlos no se perdían las puestas del sol en el Pontal, cuando febo se escondía al final del río.

En Fortaleza había que ir al puente de los ingleses para ver la mejor puesta del sol de la ciudad al lado de la playa donde todos los surfistas aprovechaban las mejores olas.

En Jericoacoara y en Canoa Quebrada hay una duna que casualmente se llama “dunda da por do sol”. Jeri está donde la costa de Brasil ya no da más hacia el Este sino hacia el Norte y eso hace que, desde este lugar que es una pequeña península que se mete al mar, se pueda ver el sol undiéndose en el mar, aunque el vapor del agua o vaya a saber qué, formaba una franja que interrumpía el descenso del sol y lo hacía desaparecer antes que acaricie el agua.

En Belem había que ver al sol hundiéndose detrás del río. Nosotros lo apreciamos desde el Mangal das Garzas, un parque público con lagunitas, garzas y otras aves principalmente, un mirador alto para ver la ciudad y otro para ver el río, desde este último la puesta del sol se brindaba por completo.
En Tibau do Sul, cerca de Pipa, la puesta del sol debía asistirse frente al río en una crepería estratégicamente instalada en el lugar de mejor avistaje.

En los Lencois Maranhenses había una de las tantas dunas especialmente reservada para ver este espectáculo natural y el recorrido estaba organizado de manera tal de encontrarse en este lugar para no perderse el show.

Les dejamos fotos de las puestas del sol que nos tocó ver para cumplir con este grandioso ritual y que nos dejó sembrada la pregunta de por qué nunca apreciamos este espectáculo tan generoso en Argentina, algunos dirán que no son tan maravillosos… lo dudo, los atardeceres en el campo, en el río deben tener un gran encanto, de hecho creo que el mejor atardecer o el segundo mejor atardecer brasilero es en el mismo sertao.

Salvador, Bahia. Desde la laguna del Parque Pituacu

Salvador, Bahia. Desde el Farol da Barra

Pontal de Maracaipe, Pernambuco

Jericoacoara, Ceará. Desde la Pedra furada.

Jericoacoara, Ceará. Desde el faro.

Jericoacoara, Ceará. Desde el faro.

Joao Pessoa, Paraíba. Praia do Jacaré

Joao Pessoa, Paraíba. Praia do Jacaré

Lencois Maranhenses, Maranhao. Duna da por do sol.

Lencois Maranhenses, Maranhao. Duna da por do sol

Tibau do sul, Río Grande do Norte. Desde la crepería da por do sol
Pedra do Sal - Parnaíba

Camocím, Ceará.

Canoa Quebrada, Ceará. Desde la duna da por do sol.

Belem, Pará. Desde el mirador del Mangal das Garzas.

Belem, Pará. Desde el mirador del Mangal das Garzas.

Fortaleza, Ceará. Desde el puente de los ingleses, praia da Iracema

Fortaleza, Ceará.

Galinhos, Río Grande do Norte.

Itaparica, Bahia.

Jericoacoara, Ceará. Desde la duna da por do sol.

Jericoacoara, Ceará. Desde la duna da por do sol.

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