miércoles, 6 de agosto de 2014

Llegamos a Praia do Francés por recomendación de Givaldo, a quien conocimos en Mangue Seco, él nos habló de esta playa cerca de Maceió donde tenía un primo con un restaurante. No sabíamos dónde estacionar, dónde dormir, dónde tomar una ducha, dónde conseguir un baño, etc… somos nuevos en esto aún, entonces empezamos a preguntar, el pueblo parecía muy tranquilo y en eso vimos la playa, estábamos en un paraíso, el agua era realmente verde cristalina y con un gran coqueral en el fondo. En la calle que da al mar nos dijeron que es seguro quedarse, principalmente frente a una posada que tiene seguridad las 24 horas y buena iluminación, un tema solucionado!

Mientras preguntábamos por nuestro contacto en los distintos lugares, Mirta nos ofreció trabajar el fin de semana en su resturante, el “Frangolino do francés”, pero no conocía el “Self service Primavera” del primo de Givaldo; el chico de la heladería tampoco, pero nos ofreció Internet para investigar un poco el tema. Ahí conocimos a su prometida y entre una cosa y otra, nos comentaron que frente a su casa también se podía estacionar tranquilos y más tarde también nos ofrecieron su baño para ducharnos y demás cosas.
Lo único que no encontrábamos era a nuestro contacto, pero teníamos lo esencial para pasar una o dos noches que era lo que teníamos planeado. Después de unos días, Eros y Aretha nos ofrecieron pasar a su casa y dormir en un cuarto que tienen libre, ya teníamos dos amigos nuevos (tres, si contamos a Megha, su perra).

Eros intercambiaba los horarios de la heladería donde trabaja, a veces de 10 a 17 hs, a veces de 17 a 22 hs, así que empezamos a planear un poco en función de sus horarios. Un día fuimos a la noche a Maceió que está a unos 20 kms  a conocer la orla (costanera), otro día a conocer Lago Azul, un río super cristalino donde hicieron una piscina y un complejo donde hicimos choripanes, si! Otro día fuimos a conocer Barra de Sao Miguel, un pueblo cercano que tiene como atractivos una laguna que se mezcla con el mar, donde la marea suele ser baja y deja ver una gran extensión de arena con muchísimos cangrejos y animalitos de ese estilo en la arena, se llama Praia das Conchas y está claro por qué, con solo hundir la mano en la arena bajo el agua uno extrae decenas de ostras vivas, pero para llegar al mar propiamente dicho con marea baja, hay que caminar unos cuantos cientos de metros. La otra playa se llama Barramar, y está rodeada de casas particulares y algún hotel o posada. Tiene algunas “barracas” en la costa para tomar y comer algo, y su particularidad es una barrera de coral que la protege por completo de las grandes olas, haciendo una piscina gigante de agua salada. Desde barra de Sao Miguel se puede tomar un barco para ir a Praia da Gunga, es una de las más conocidas de la zona, aunque no la fuimos a conocer.

Las comidas eran un tema fundamental y la cocina de los chicos fue un laboratorio por donde pasaron desde beijús, pizzas, focaccias, risottos, macaxeiras, distintos tipos de pastas y salsas, tortas de zanahoria con brigadeiro, parmiggiana y por poco no pasaron unas ostras cultivadas en Barra de Sao Miguel, mucha comida italiana, claro está.

A la playa tratábamos de ir todos los días, por suerte sólo llovieron los primeros dos o tres días así que eso no fue un problema y estábamos a escasos 20 metros del mar, de hecho se ve desde la casa a través del coqueral y hasta probamos, por primera vez, a hacer surf, aunque con un éxito nulo.
A través de Eros y Aretha conocimos a un grupo de italianos que también viven acá y compartimos unas cuantas cenas con cerveza y fernet con coca junto a Isabelli, Alessio y Filippo. Isabelli fue la responsable de cortarle el pelo a Carla (cap+itulo aparte).

Praia do Francés nos resultó mágico, el paisaje es un paraíso, su playa tiene una barrera de coral que la cubre casi por completo, lo que genera una piscina del lado protegido y muchas olas del lado descubierto, donde muchos van a hacer surf. El tema es que las olas son bastante fuertes, no altas, pero potentes y con muchas corrientes, lo cual la hace un poco peligrosa para los que desoyen las órdenes de los bañeros. Pensábamos quedarnos 2 días, nos quedamos 2 semanas y con ganas de más.

Ah! Entendimos mal, el primo de Givaldo en realidad estaba en Maceió… a veces las equivocaciones salen bien.

Corriente peligrosa en Praia do Francés

Macaxeira (mandioca) frita

Nuestro cultivo de ostras en Barra do Sao Miguel

Alquiler de tablas de surf en Francés

Cena en lo de Belli y  Alessio, deliciosas pastas italianas

Carla, Belli y Aretha

Lago Azul

Megha!

Choripanes en Lago Azul

Barra de Sao Miguel, Praia das conchas

Praia das conchas con marea baja


El primer calzone de Eros

ehhh..... surfeando?

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