viernes, 25 de julio de 2014


Esto es un cliché, es como hablar del mate en Argentina, pero en el recuento no puede faltar.

El agua de coco es un líquido que se encuentra dentro de esta fruta y tiene un gusto muy particular y algo dulce que ha de beberse preferentemente bien frío. Pero no cualquier coco da una agua de coco  justa para tomar, no señor, hay que tomar los cocos que están verdes, los más marrones o naranjas ya son para dejar secar y rallar, su agua está como pasada.

En Mangue Seco dos bugueros nos ofrecieron un coco que bajaron delante nuestro de una palmera que estaba al alcance. El método para abrirlo fue el siguiente: faca en mano hicieron un corte en la parte superior del costado del coco sin llegar a la mitad, donde está el agua. Luego, con la misma faca, cortaron longitudinalmente en una de las extremidades dejando así el acceso libre para beber el agua de este fruto. Luego de tomar todo el líquido, el primer pedazo de cáscara de coco cortada estratégicamente en forma de cuña sirvió de cuchara para raspar el coco y comer la parte blanca de consistencia babosa y sabor poco definido. Exquisito!

Otra particularidad es bajar un coco. Literalmente hay que subirse a la palmera y descolgarlos, para eso usan una artefacto especial para trepar palmeras. En Praia de Francés Eros demostró su habilidad en esta materia.

Nuestro siguiente encuentro con el agua de coco fue con Mirian y Sergio en Japaratinga, donde no faltaba el agua de coco para todos en las tardes compartidas y de ahí en más el coco fue una constante en la etapa Brasil.

Advertencia: tomar mucha agua de coco produce problemas intestinales…



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