En Argentina los carnavales son unas
fiestas que están tratando de recuperarse, si bien es cierto que hay algunos
pueblos y ciudades que tienen sus tradiciones, no es un espíritu que se viva
con un entusiasmo más grande que el de saber que se avecina un fin de semana
largo. En cambio los ecuatorianos esperan estas fechas para celebrar de verdad.
Siempre que podíamos sacar el tema con
algún local preguntábamos dónde se vivían los carnavales más típicos de su
país, y las respuestas fueron formando un patrón: todo el país se preparaba
para esta celebración, la costa, las sierras y la selva; sin embargo, había una
coincidencia en que Ambato mantenía una tradición en la bendición de las
frutas, las flores y el pan y que en Guaranda se festejaba “a lo salvaje”, con
espuma, agua, huevos y harina.
Desde Baños nos fuimos a Ambato, al primer
día del carnaval, donde se comenzaba con la bendición de flores, frutas y pan,
que son productos que distinguen a esta ciudad, ritual que se lleva a cabo en
la catedral con una escenografía temática-religiosa realizada íntegramente con
estos bienes, una peculiar obra de arte. Frente a la catedral, en la plaza, se
congregaban distintos puestos de venta y gente dispuesta a bailar con quien se
le cruce. En un salón lindante, se exponían distintas figuras realizadas con
flores, un lindo paseo, pero nada de espuma y bombuchas.
En el ir y venir en estos lugares, nos
cruzamos con un grupo heterogéneo formado por una italiana, un par de
ecuatorianos y algunas francesas… charlamos un rato y quedamos en vernos al
otro día en Guaranda.
Después del recorrido, salimos con rumbo a
Guanujo, un pequeño pueblo a escasos kilómetros de Guaranda que nos había
recomendado la familia marroquí para pasar esa noche y prepararnos para el
carnaval “salvaje”. Aquí conocimos a una mujer divina que nos enseño la
iglesia, nos invitó a tomar un café a su casa y hasta nos prestó su ducha!
Nos levantamos temprano y nos fuimos a
buscar la guerra de espuma, agua, harina y huevos. Llegamos, nos pusimos los
ponchos a modo de escudo y nos instalamos en la base de un monumento por donde
iba a pasar el desfile, estábamos más o menos a mitad de camino. Después de un
buen rato, comenzó el defile de reinas, comparsas y carrozas de un modo más
sencillo de lo que habíamos visto en Pasto, pero no por eso menos interesante.
Conocimos una familia de guarandeses que nos explicaron que el nuevo alcalde
había prohibido el uso de espumas y demás elementos para la batalla y que había
bajado mucho el nivel general del carnaval este año, sin embargo algunos focos
se produjeron igual pese a la contravención y los desfiles tuvieron su nota de
color, y como castigo o justicia divina, una lluvia de granizo de esas que
duelen cuando pegan comenzó a caer sin piedad sobre la humanidad de quien se
prestara a los carnavales, incluso los protagonistas, quienes en ningún momento
siquiera aminoraron su paso y donde nuestros ponchos sirvieron como defensa, no
para lo que fueron pensados sino para lo que fueron planeados originalmente.
No sabemos si este año el nivel del
carnaval fue menor que otros años, al parecer la guerra años anteriores era
realmente salvaje y este año solo se mostró en cuotas.
Caminamos un poco más en busca de algún
rostro conocido y nada… la concurrencia era muy grande y decidimos regresar en
busca de la Chancha.
No sabíamos dónde ir o qué hacer y
decidimos ir a un lugar que nos habían mencionado: Salinas de Guaranda. Un
pequeño pueblito en la montaña ejemplo de cooperativismo donde hacían quesos y
chocolates excelentes. Más tarde nos contaron un poco más de su historia, y
resulta que un padre salesiano llegó al pueblo hace unas décadas y organizó a
las comunidades locales en cooperativas y les enseñó a producir distintos
bienes basándose en sus conocimientos, de a poco incorporaron algunas máquinas
y el pueblo se fue desarrollando y vendiendo sus productos a todo el Ecuador y
el Mundo. El padre aún vive en Guaranda y tuvimos la oportunidad casi como acto
de cholulismo.
Pero sigamos con la cronología. Llegamos a
la plaza central y… nos encontramos con la familia marroquí en su motorhome y
mientras caía la noche vimos los preparativos para el desfile de carnaval del
día siguiente que no nos esperábamos. Dormimos frente a la plaza misma, nos
levantamos temprano, fuimos a ver su fábrica de quesos artesanales de muuuuuuy
buena calidad y la de chocolate (que solo atendía para la venta porque su
personal estaba enfocado en el desfile que tendría que hacer). Al regresar
empezamos a cruzar las primeras carrozas que representaban a las fábricas
locales ya las comunidades de la región,
exhibiendo sus productos, sus costumbres y tradiciones.
El nivel en cuanto a preparación e
inversión era muy inferior a lo que decían sobre Ambato y lo que vimos en
Guaranda, sin embargo fue lo que más nos gustó por su simplicidad y esencia, es
que la gente que desfilaba lo hacía con entusiasmo, con pertenencia y era fácil
apreciar cómo lo estaba disfrutando. Carla se sumó a bailar en una de las
comparsas hasta el final del recorrido: la plaza central. Ahí se llevó a cabo
una demostración y concurso de bailes típicos y la sucesión de bandas de cumbia
y otros ritmos locales.
La sorpresa fue que, al esperar probar las
papas hervidas y la leche huevona, nos pareció ver algunos rostros familiares,
nada más y nada menos que la banda de Ambato! Principalmente con Paolo, José,
Tanja, Alicia y Jimena, compartimos el resto del día, vimos los bailes, bailamos
un poco en la plaza al ritmo de lo que sonaba y finalmente terminamos en su
hostel tocando la guitarra y cantando canciones algunas más improvisadas que
otras, mientras, la fiesta en la plaza seguía y seguía.
Finalmente nos fuimos a dormir cuando solo
quedaba algún que otro rezagado en la calle con el plan de encontrarnos con
toda la banda en el hostel para desayunar juntos y despedirnos, y así fue. Tal
vez no haya sido mucho el tiempo que compartimos, pero lo disfrutamos de tal
manera que al menos para nosotros fue estar entre verdaderos amigos.
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Los panificados de Ambato son muy reconocidos en todo Ecuador. En la plaza central se exhibían y vendían de todo tipo, en primer plano: empanadas de quinoa |
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La imagen alegórica de los carnavales decorando el frente de la Catedral donde se realizó la bendición de las flores, los panes y las frutas, todo hecho con estos materiales. |
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Un sapo de flores |
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Carnavales en Guaranda! |
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Desfile en Guaranda |
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Desfile en Guaranda |
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Carnaval salvaje |
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Carnaval salvaje |
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El desfile en Salinas de Guaranda |
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Las reinas del carnaval de Salinas de Guaranda |
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La banda con la Chancha |
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En el hostel con toda la banda improbisando canciones |