Dejamos la selva para adentrarnos en Baños, un destino
recomendado por todas las personas que encontrábamos a nuestro camino, excepto
por una argentina que conocimos en Misahualli. Ahora sabemos por que… si bien
el pueblo es pintoresco y tranquilo, nos recordó mucho a los pueblos
cordobeses, digamos que no nos deslumbró. Vale la pena aclarar que la mayor
atracción que tiene baños no la pudimos aprovechar, ver el volcán Tunguragua en
sus erupciones periódicas. Supuestamente sus erupciones iluminan el cielo y se
pueden observar los hilos de lava en la noche. Para esto es necesario ir en
julio – agosto, que es la época donde está despejado, en enero - febrero estaba
todo nublado y con lluvia, no se puede tener todo al mismo tiempo. En Ecuador
están muy marcadas las estaciones invierno – verano, y varían según la zona
geográfica. En verano, julio – agosto, la sierra está despejada y en la costa
llueve y en invierno, enero – febrero, ocurre lo inverso.
Al igual que Mindo, para todas las cascadas había que pagar
alguna cosa, nada es gratis en la vida diría Cuarteto de Nos. Nosotros elegimos
el Pailón del Diablo, que es una de las más caudalosas, la verdad es que es muy
linda, vale la pena conocerla y el recorrido también es pintoresco. También hay
senderos frente y por encima de la ciudad, uno de ellos es la famosa casa del
árbol, donde hay una hamaca que parece que estas en el vacío. Según la misma
argentina que cruzamos, no era muy interesante, así que por las dudas no
fuimos. Hicimos uno de los senderos del frente de la ciudad, donde se podía
observar a Baños entre dos cañones, muy bella vista de la ciudad.
Respecto a la especialidad del lugar, el turismo aventura,
no podemos dar mucha información porque no hicimos nada de eso, hay canopping,
rafting, rapel, tirarse del puente lo que quieran y cuesta de10 dólares en
adelante.
Aquí en Baños, por esas casualidades de la vida, nos
reencontramos con la familia marroquí que ya habíamos cruzado en Puerto
Misahualli. Habíamos estacionado en el mismo parque (uno con juegos infantiles
y una cancha de basket bien cerca del centro). Asi que tuvimos una velada
acompañados y aprendiendo lo interesante que puede ser un viaje largo en
familia.