Al llegar a Salvador solo conocíamos a Ciranda, amiga mía (Carla), una de las brasileras con la que viví mis seis meses de intercambio en Limeira, Estado de Sao Paulo, en mis épocas de facultad. Hacía 8 años que no nos veíamos. El primer día en Salvador Mauro tuvo su día de entrenamiento asi que con Ciranda aprovechamos a reencontrarnos. Fue muy lindo. Por momentos hablábamos mucho y por otros disfrutábamos del silencio, del paisaje y hasta bailamos cumbia en un show de colombianos que asistimos en Barra do Farol. Hablamos de la vida, las relaciones humanas, como lo hacíamos cuando estábamos en Limeira. Nuestra estadía en Salvador comenzó viviendo en la casa con Ciranda y Dora, la mamá. Compartimos comidas típicas bahianas, desayunos, shows de música, novelas, juego de cartas y cervezas.

Carla y Ciranda

Dora, mamá de Ciranda en la casa que nos alojó unos cuantos días

Con Dani y Franco en un asado de despedida con la gente de Prensa del Voluntariado

Con el voluntariado hicimos nuevos amigos, si bien la mayoría de los voluntarios eran brasileros, hicimos migas particularmente con los extranjeros, no es casualidad, estábamos en la misma, queriendo conocer algo de Salvador en el tiempo libre que teníamos y enfrentábamos juntos las mismas situaciones. Así conocimos a Rocío (peruana), Daniela (colombiana), Abel y Lucía (mexicanos) y Andrea y Franco (argentinos). Fuimos a ver varios juegos al Fan Fest juntos, recorrimos playas, comimos tortas frita y arepas y jugamos a las cartas, entre otras cosas. Dani también fue nuestra anfitriona, que nos sacó de apuro más de una vez cuando la casa nos quedaba lejos, una amiga de fierro y fiel compañera de aventuras.

Con Jani (Brasil), Rocío (Perú)... Andrea (Argentina), Abel (Méjico)

Con Daniela (Colombia)

La mayoría del tiempo nos instalamos en la casa de Rocío que vivía sola con su hijo en una casa con muchos cuartos en un codominio a las afueras de Salvador, frente a Vila do Atlantico. Por lo tanto, no fuimos los únicos ya que en época de mundial una casa grande y la gran hospitalidad de Rocío es un oasis en un desierto para cualquier extranjero. Así fue como conocimos primero a Diego y Alfredo, con los que vivenciamos algunos partidos de la primera ronda, muy futboleros ellos, no se perdían uno de los 3 partidos diarios! Luego llegó Jorge, y a los pocos días el grupo se completó con Daniel, Mauricio y John. Para ese entonces teníamos un poco más de tiempo libre asi que pudimos disfrutar de distintas actividades juntos: playa, fan fest, cenas y hasta un asado! Los hermanos peruanos son enormemente hospitalarios y con muy buena onda, chéveres dirían ellos. Esperamos reencontrarnos en Lima! (Mauricio, nombraste de hacer la ruta Lima-Cuzco y el camino del Inca... preparate!!)

Con Diego, Rocío y Alfredo en casa de Rocío

Jorge (Perú), Francisco (Colombia, papá de Daniela), John, Daniel y Mauricio (Perú)

También conocimos a Erica y sus hijos, una familia de argentinos que viven en Vilas do Atlánticos y quienes nos permitieron ver el partido con Holanda en su casa y nos acompañaron, junto a Dani (una brasilera bien argentina) a ver la final al Fan Fest.

Rocío y Jorge (Perú)... Dani (Brasil), Erica y Chiara (Argentina), semifinal con Holanda