Escribe Carla...
La famosa "Chapada Diamantina" es un parque nacional en el interior de bahía, digo famosa porque no hay brasilero que no suspire al escuchar su nombre, y creo que es porque en todo Brasil no hay un paisaje similar. Tiene una extensión enorme, 38.000 km de sierras, y está rodeada de atractivos naturales, entre los cuales, los más famosos son la Cachoeira da fumaca, con 380 metros de caída libre, y el pozo encantado. Lo más similar a esto en Argentina serían nuestras sierras cordobesas, aunque con la particularidad de que la roca en Chapada es más vulnerable a la erosión del viento y la lluvia, formando un paisaje de mesetas. La vista más sorprendente es la desde el monte Pai Inácio, conclusión a la que llego de haber visto algunos folletos, porque nosotros nos limitamos a conocer el Vale do Capão y sus alrededores. Este valle alberga una comunidad descrita como esotérica y alternativa, es decir, bastante hippie, como un San Marcos Sierra antes de ser tan famoso, aunque creo que va por el mismo camino.
Después del partido Francia - Suiza dejamos el estadio para encontrarnos en la terminal con Ciranda, mi amiga de Salvador, Dora (mamá de Ciranda) y Lenira (amiga de Dora) para ir a festejar São João a Chapada Diamantina, más precisamente, Vale do Capão. Dora tenía una casa ahí. La casa era nuevita nuevita, chica, pero muy acojedora, con un estilo de decoración rústico, sencillo, pero donde se notaba la la mano de una artista (Dora es, justamente, artista plástica), estaba ubicada en las afueras del pueblo, a unos cientos de metros, por camino de tierra y todavía no tenía la luz eléctrica habilitada, lo que la hacía más perfecta. Baño de agua caliente? con tazas como cuando éramos niños! Como había camas para 4, decidimos llevar nuestra carpa y acampar en el patio de la casa, pero por causa de algunas varillas en mal estado, viento y lluvias incesantes, ya la segunda noche tiramos colchón en el piso, nos acurrucamos y a dormir más burguesamente.
Por la cantidad de días que teníamos entre partido y partido elegimos ir en colectivo en vez de nuestra super Partner, sin embargo, lo ideal es ir una semana y recorrerla en auto para poder conocer todas sus atracciones.
Nuestro objetivo principal no era turístico, sino disfrutar de un fin de semana largo con nuestras amigas, y para eso estuvo perfecto. Con nuestra guía casi local Ciranda, hicimos la trilha hasta la Cachoeira da Fumaca, de 2 horas de ida y 2 de vuelta, y con una parte bastante empinada, y llegamos para sacarnos la foto en la piedra, y mirar hacia el vacío. La cascada era tan alta y con tan poca agua que no llegaba a tocar el suelo por el accionar del viento produciendo un efecto óptico como de humareda, de ahí su nombre. Otro sendero interesante y cercano a la Villa do Capao es el que llega a Río Preto. Cuando fuimos había llovido la noche anterior asi que estaba con mucha agua.
Por ser el feriado de São João las ventanas de las casas estaban decoradas con telas que simulaban cortinas y todas las noches había forró, un ritmo de danza típico del noreste de Brasil, que se baila de a pares. A mi me encanta, pero bueno, me encanta bailar lo que sea. Fue muy lindo formar parte de ese ritual que en Argentina ya no existe, donde los hombres invitan a bailar a las mujeres y que hay pocas mujeres bailando juntas, las que había en este caso por lo general eran lesbianas. Otros rituales de la noche corresponden a escender fogatas en el frente de las casas, el baile de la cuadrilla, realizada por chicos de escuelas vestidos con ropas típicas y quemar un árbol hasta que se caiga y la gente recoga los "premios" que estaban colgados en su copa. Esta última tradición desencaja con el ambiente ecológico del lugar y nos pareció ya media obsoleta como para que se continue haciendo.
Respecto a la parte culinaria, no hay que perderse dos platos principales de Capão: el pastel de palmito de jaca, el cual es originario de la región (y no se mata a la palmera para comerlo) y la pizza en la Pizzeria Dos Gustos. Pizzería tradicional que sólo tiene dos gustos, uno salado y uno dulce. Como yapa, el Masalla es un restaurante de comida hindú y hace una torta de limón increíble! Aquí Mauro vio una pared decorada con corchos, no pudo sacarle una foto, pero prometió que, si algún día tenemos una casa, va a hacer un rincón así con los corchos de los vinos que va a ir tomando con amigos, familiares, etc... challenge accepted!
Más fotos de Chapada aquí.
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Con Ciranda en una de las trilhas |
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Rodas |
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Vale do Capão |
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Mesetas típicas de la chapada. Monte de Pai Inácio |
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Ciranda asomándose para ver el fondo de 380 mts de la Fumaca |
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Carla y Mauro también lo intentaron, adivinen quién tenía más miedo? |
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La Fumaca interrumpida por el viento y el lago que forma al fondo |
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El colorido del Vale |
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Una mocosa que pedía foto a gritos! |
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Cena a la luz de las velas |
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Cachoeira de Río Preto con muuucha agua |
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Ritual del árbol, estilo piñata |
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Niños recogiendo lo que estaba en la copa del pobre arbolito |
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Palmeiras. Homenaje a los buscadores de diamantes, de ahí el nombre de Diamantina del lugar |